La cesta está vacía.

Temporadasblog. Upcoming artist

No todo es PhotoEspaña en este Madrid estival apenas recién inaugurado, así lo apreciamos en la exposición titulada UPCOMING ARTIST que hasta el próximo día 26 de julio podemos disfrutar en la Galería Kreisler de la capital.

La exhibición está conformada por tres jóvenes creadores que en absoluto me atrevería a tildar con el manido apelativo de promesas del arte, pues lo cierto es que, tal y como dimanan las obras reunidas en Kreisler, se trata de realidades y talentos consolidados en este complejo mundo de la pintura y la escultura actual.

Begoña Fernández-Castaño, Luis Agulló y Manuel Cruz son, sin duda, una trilogía de creadores eclécticos entre los que sin embargo podemos hallar evidentes nexos de unión. La fascinación por lo urbano, el gusto por la cultura de masas entendida como un guiño a ciertos referentes digamos neopop, si se me permite el neologismo, así como la profunda vinculación de su trayectoria con el mundo del diseño en sus más diversas vertientes, son algunos de esos lazos de unión referidos.
Centrándonos en las características específicas de cada uno de ellos, no se puede pasar por alto la personalísima iconografía de Begoña Fernández-Castaño, donde la mujer moderna y sofisticada, identificada por los zapatos de tacón, campa por doquier en una producción ubicada en el atractivo bucle de la posmodernidad, patente en este caso en sus vínculos futuristas y pop.
Sin embargo la libertad creativa de Begoña Fernández-Castaño, libertad que la misma pintora reclama para su producción en un texto autobiográfico, es la que le permite jugar con la abstracción cromática o la que le permite recrear su paleta en ese fucsia intenso que bien define a sus flamencos, ave que ya casi, al igual que los tacones, se ha convertido en un invariable icónico de su quehacer.
No menos resortes pop hallamos en las obras presentadas por Luis Agulló, quien partiendo de un material de desecho como son los palets de carga, elabora un intenso discurso en torno a nuestra civilización, como el mismo autor nos describe a lo largo de la muestra. Así, en Querencia, la proyección de las sombras de unos alambres sobre esos palets que les sirven de base recuerda la tendencia que el ser humano tiene por volver a sus raíces, a su familia. Dicho argumento se me antoja de suma actualidad precisamente en un tiempo donde tan frecuente es el retorno de aquellos jóvenes que arrojados a la cuneta por el atropello de la crisis regresan a su hogar primigenio, lugar y ámbito de encuentro y acogida.
El desarrollo de Agulló en el campo del diseño es evidente enVértigo, donde el creador sabe jugar con el color y unas formas geométricas no ajenas a ciertos ecos del Op Art y al Arte Cinético para establecer un experimento físico entre su obra y nuestra retina.
Manuel Cruz por su parte, desarrolla una obsesión creativa y conceptual por el calzado deportivo, objetos usuales en la cultura de masas pero que en los pinceles de Cruz se transforman en algo más, en un divertimento a la vez jovial y decadente, quién sabe si se trata del auténtico reflejo de una sociedad antaño lúdica hogaño decrépita.
No le falta el sentido del humor a Cruz cuando en Run Ronald Run desmitifica la celebérrima imagen de la famosa cadena de hamburgueserías o cuando la Pantera Rosa se convierte en protagonista de nuestro concepto del descanso y del confort.

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ArtMadrid´14 se renueva

Sunset es el título de la obra que recibe al espectador que se adentra en CentroCentro. Un ámbito donde dominan Picasso, Miró, Tápies o Barceló, artistas de relumbrón que el ojo contempla mientras el sol se esconde entre los cristales de la galería de cristal del palacio de Cibeles.

Aprovechando el empuje de ARCOmadrid, se desarrolla en la capital ArtMadrid’14, una pequeña pero a la vez gran feria de arte contemporáneo que celebra este año su novena edición. La feria estrena este año equipo directivo. Ideas frescas que dinamizan la muestra con guiños hacia el público joven. «ArtMadrid quiere ser cada vez más contemporánea pero sin abandonar al artista consagrado», cuenta el fundador y director de la feria Alberto Cornejo de Curros.

ArtMadrid cuenta en esta edición con 43 galerías que dan visibilidad a espacios de nueve comunidades autónomas y extranjeros, como Schmalfuss Berlin. Los estands, blancos e impolutos, están poblados con obras de más de 200 artistas contemporáneos divididos en dos programas: General y OneProject, éste último dedicado a los creadores más jóvenes.

Gran feria al margen de ARCO
Mientras todos los focos apuntan a los pabellones 7 y 9 de Ifema, en el corazón de Madrid se aglutinan creaciones de los mejores de nuestros artistas de vanguardia. En ArtMadrid los flashes y el público se agolpan en el espacio de la Galería de Arte Kreisler. Por primera vez en una feria de arte se expone al público la obra de Pablo PicassoBeigneuses, un dibujo a lápiz firmado y fechado en 1961. La obra está valorada en 350.000 euros, la más cara que se puede encontrar en esta edición de ArtMadrid. Su director, Juan Kreisler, confiesa que trajo la obra –comprada por su padre– a petición expresa de Alberto Cornejos, pero que si no la vende «dormirá muy tranquilo». «He convivido con ella en mi dormitorio por muchos años», detalla encantado. Kreisler es una de las galerías decana de Madrid. Con sede en la calle Hermosilla, tiene más de 50 años a sus espaldas. adsense protection . Es uno de los nombres propios de esta edición de ArtMadrid. Además de esta obra, presenta creaciones del pintor Carlos Evangelista, de la escultora Carmen Otero y de Juan Díaz, número uno de España en el campo de la acuarela, en palabras del director de la galería.

El director de arte de la muestra, David Sanz, ha sido el responsable, junto con la organización, de atraer a los mejores espacios con las mejores creaciones. Obra Gráfica Original expone en sus paredes L’oiseau rouge dans le bois, del artista cubista francés Fernand Leger, hasta ahora inédita y desconocida en el mercado del arte.

Curro Servera se encuentra sentado en la única silla que hay en su estand. Es el único descanso que ha tenido desde que se abrieran las puertas de la galería de cristal de CentroCentro del Palacio de Cibeles. El del galerista del espacio barcelonés Marc Calzada es otro de los más visitados de toda la feria. Fille d’Ubu, una pequeña escultura de Joan Miró, junto con dos cuadros del barcelonés, son el centro de atención del pasillo central de ArtMadrid. «La feria es una oportunidad de poder enseñar nuestra línea», explica Servera. Participar en una feria que está entre las más importantes del arte contemporáneo en España supone mucha visibilidad, aunque admite que al trabajar con obra de «artistas reconocidos» su horquilla de precios es «bastante alta» y vender resulta más complicado.

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Planos robados al fotograma

Cierre los ojos y rememore un combate cualquiera de la película Toro Salvaje. Olvídese de los púgiles e imagine que el protagonista de la escena está a pie de ring, en la esquina inferior del cuadrilátero. Por ejemplo, un reportero ataviado con una gabardina y un borsalino que se aferra con fuerza a su libreta. Está emocionado. Tal vez sea su primer trabajo para el periódico, o la primera vez que asiste a una pelea de este calibre (aunque le haya relegado a un segundo plano, no olvide que quien se está dando de puñetazos ahí arriba es Jake La Motta).

Este pequeño juego cinéfilo al que apenas ha dedicado unos segundos es el pan de cada día de Víctor Soler. Su trabajo es ese: jugar a inventar finales alternativos, sacarse de la manga realidades distintas a las que captan las cámaras, fantasear con escenas insólitas, y plasmarlas en una pantalla táctil. Como un cuadro, solo que en vez de lienzo y pinceles él usa un ordenador y lápices digitales. «De esta forma puedo agrandar la imagen para pintar los detalles, girarla a mi antojo o mezclar colores sin mancharme, es una gozada», explica el castellonense de 42 años. battle.net site down. Aunque cuando se trata de trazar los primeros bocetos, sus «rayajos», el artista prefiere hacerlo a la antigua usanza, como cuando de niño hacía bodegones en el colegio.

Elpais

Fernando Bermejo «Buenas noches Madrid»

En penumbra, el espacio de Kreisler; en el ánimo, el saludo del artista; desde las escaleras de la entrada, la estimación del montaje de la exposición; en la memoria, el recuerdo de muestras anteriores ya apreciadas; y en la voluntad, el impulso de internarse entre las obras que Fernando Bermejo ha traído a Madrid en esta ocasión: son los primeros pasos, sensaciones e impresiones que pueden registrarse al entrar en la galería, antes de entregarse a la contemplación atenta de “Buenas noches, Madrid”. Bermejo nos desea buenas noches con escultura, pintura, dibujo, figuración estricta y abstracción, retratos, comentarios y narraciones visuales, tondos que se hacen cargo del color, negros, grises y blancos, oros y bronces líquidos, maderas y papel, y transparencias con la sorpresa de la luz. Madrid map . Y, siempre, en cada caso, utilizando un gran saber hacer. Fernando Bermejo es un maestro en activar su memoria y la del contemplador: nunca olvida ni nos deja olvidar lo que ha hecho y mostrado, no da por concluidos sus empeños, sus series ni sus colecciones, y establece engarces eficaces entre unas y otras intenciones, asuntos, temas, procedimientos artísticos y resultados. buy a domain Así, nos encontramos en esta ocasión con sus árboles que dejan ver el bosque, con las flores de sus jardines de paz, con retratos de su mujer, con el traficante de estrellas, con sus cajas de luz en las que alienta una pintura llena de sensibilidad técnica y expresiva, con momentos vividos y creados en distintos lugares y en contextos artísticos renovados.
Y me parece… que la mejor manera de valorar y comentar la exposición de este artista diverso, multiforme y unitario, es el soneto Everness, del mejor Borges. Me atrevo y lo transcribo. Dice así:

Sólo una cosa no hay. Es el olvido.
Dios, que salva al metal, salva la escoria
y cifra en su profética memoria
las lunas que serán y las que han sido.
Ya todo está. curacao Los miles de reflejos
que entre los dos crepúsculos del día
tu rostro fue dejando en los espejos
y los que irá dejando todavía.
Y todo es una parte del diverso
cristal de esa memoria, el universo;
no tienen fin sus arduos corredores
y las puertas se cierran a su paso;
sólo del otro lado del ocaso
verás los Arquetipos y Esplendores.

Carmen Pallares/ Enero 2012 / Asociación Madrileña de Críticos de Arte