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Apología del grafiti

El artista urbano Spok Brillor expone su obra por primera vez en una galería de su ciudad natal. En sus obras utiliza neones de edificios míticos abandonados como los Cines Madrid

elpais.com

Infopunto 2017

La galería Kreisler acoge hasta mediados de febrero la primera gran exposición en España del pintor de origen venezolano Juan Gerstl. La muestra se celebra tras varios años de trabajo de este artista escultor y pintor en Madrid, ciudad en la que lleva afincado desde su llegada a nuestro país hace casi dos años. Bajo el título “Poesía Geometrica- El Viaje”, Juan Gerstl ha seleccionado un total de diez grandes piezas de suelo y pared realizadas en materiales industriales como el metacrilato y el aluminio, soportes habituales en los procesos de trabajo del artista, y de los que emana todo un juego de luces cromáticas, transparencias y efectos ópticos de enorme audacia y belleza visual.

infopunto.com

Descubrir el arte 2016

Jaume de Laiguana expone por primera vez en Madrid y lo hace en la galería Kreisler con la serie El lenguaje de la piel.

descubriendoelarte.es

Art Madrid 2016

Juan Kreisler: «He vendido obras carísimas y también otras de 10 euros»

larazon.es

Kreisler 50 años. Vídeo documental

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La galería mas antigua de Madrid cumple 50 años

Kreisler celebra su aniversario con la mirada puesta en la incorporación de la tercera generación familiar y la apertura de una galería en internet

La historia de esta galería está sembrada de anécdotas increíbles, del Desembarco de Normandía al atentado contra Carrero Blanco pasando por dobles de Rodolfo Valentino

elmundo.es

La Galería Kreisler celebra sus bodas de oro con el arte contemporáneo

La Galería Kreisler, la decana de las salas madrileñas, cumple sus bodas de oro con el arte contemporáneo. Cincuenta años en los que han pasado por sus espacios algunos de los artistas plásticos nacionales e internacionales más importantes de los siglos XX y XXI.

eldiario.es

Carlos Evangelista, el orden de la abstracción

A estas alturas, hablar de Carlos Evangelista supone referirse a uno de los grandes nombres de la abstracción geométrica en nuestro país, pero si además se trata de valorar los últimos trabajos con el mismo rigor con el que el artista aborda su pintura, no se puede pasar por alto el elevado grado de pulcritud y depuración estética alcanzados por el pintor en estos años, una perfección difícilmente superada y muy claramente visible en el conjunto de obras que ahora reúne en la galería Kreisler de Madrid. La veintena larga de lienzos completados con varias esculturas de suelo de dimensiones considerables, seleccionadas para esta individual, poseen varios ejes de desarrollo analítico que parten, como casi siempre ocurre en su obra, de la línea recta para configurar ángulos de 90º que a su vez construyen impecables reticulados cuadrangulares de amplias superficies cromáticas.

Se adivina de un primer vistazo la voluntad innovadora de un pintor que se encuentra en plena madurez. Los formatos acusadamente alargados en vertical u horizontal; los polípticos conformando un todo de edificaciones y planimetrías que tienen su sentido no sólo en el interior del cuadro sino más allá de los bordes de las diversas telas que los componen; las líneas divisorias que separan los campos de color y reiteran la presencia omnipotente del rectángulo en sus infinitas combinaciones neoplasticistas. Y por supuesto, el natural elogio de la arquitectura y dentro de ésta del racionalismo constructivo como base esencial del arte moderno.

Todos estos ingredientes contribuyen a configurar el pensamiento pictórico de Carlos Evangelista más allá de la pura amalgama decorativista tan frecuente en otros artistas, y tan superada por el conocimiento que nuestro pintor demuestra tener sobre los procesos y principios del trinomio indivisible forma-color-superficie. Del had edge y la lírica entorno a la sonoridad profunda del color puro, con todas la emociones y estados que su quietud ortogonal pueda provocar en el espectador, también nos habla esta magnífica exposición del gran pintor madrileño.

(Galería Kreisler, c/ Hermosilla 8, Madrid. Hasta el 28 de febrero)

infoenpunto.com

Guillermo summer y la levedad del paisaje imaginado

Pocas veces una exposición nos traslada con tan poco a un espacio tan distinto, un lugar transformado en refugio para la contemplación. La galería Kreisler lo ha hecho sin tener que echar mano de artificios ni grandilocuencias, volviendo sobre Guillermo Summers y sus desvelos más recientes. La razón es bien simple, el criterio puesto al servicio de la calidad plástica, el espíritu observador guiado por la intuición del ojo que ve y selecciona, y consciente de su tino, acierta plenamente en la elección. Hablar de Guillermo Summers es referirse a un artista en el ecuador de su carrera, portador de un lenguaje sencillo de compleja técnica, que se ha ido haciendo a sí mismo a base de lo que, a mi juicio, debe mover al pintor: la necesidad interior de comunicarse mediante el arte y la voluntad férrea de superar obstáculos en el duro y gratificante proceso de creación. La acción pictórica supone para Summers un ir al encuentro de la obra desconocida, sin permanecer en la pasividad de la espera. Para ello recurre a la experimentación, al trabajo, al juego de probabilidades pero también a la actitud incansable de una mente abierta a todo cuanto armonice los dos ingredientes básicos de su arte: ingenuidad y experiencia.

El resultado está a la vista y lleva el nombre de una exposición tan redonda como esta, donde naturaleza y poesía responden a conceptos mínimos, reducidos. Aquí se combinan a la perfección dos tipos de obras nacidas todas de mágicas mixturas, de mezclas delicadas que ahondan en la calidad y la calidez matérica y al mismo tiempo gozan de un extraordinario poder sugestivo, insinuante. Por un lado, las pinturas sobre tabla en tonalidades grises azuladas a base de pigmentos muy variados, carborundun y polvo de mármol, convierten la superficie del cuadro en profundidades acuosas, veladuras y transparencias de evocaciones marinas que sumergen nuestra mirada más allá del plano único y se expanden allende los límites del cuadro. Por otro lado, la serie de pinturas sobre papel y tela a base de parafina y técnica mixta donde la abstracción pura da paso al motivo central en negativo descrito tras la opacidad glauca de la cera sobre el soporte. La sombra aislada de una silueta humana que asoma danzante, un árbol deshojado, un astro, un bosque, una flor… se define frágil en el espacio velado mientras la ligereza de su movimiento casi imperceptible agita con suavidad nuestro sentido poético del paisaje. Un recuerdo fragmentado, ordenado y dispuesto según ciertas coordenadas pictóricas, pero cuya realidad primera parece abocada a una lenta desaparición; querer atrapar la imagen a duras penas recuperada, revivida desde lo pequeño a lo universal. Guillermo Summers nos transmite de manera singular el paso del tiempo y sus sedimentos, aquello que va quedando y transforma su naturaleza original en otra cosa sólo definible en el lenguaje del arte.

Amalia García Rubí

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