Fernando Bermejo «Buenas noches Madrid»
En penumbra, el espacio de Kreisler; en el ánimo, el saludo del artista; desde las escaleras de la entrada, la estimación del montaje de la exposición; en la memoria, el recuerdo de muestras anteriores ya apreciadas; y en la voluntad, el impulso de internarse entre las obras que Fernando Bermejo ha traído a Madrid en esta ocasión: son los primeros pasos, sensaciones e impresiones que pueden registrarse al entrar en la galería, antes de entregarse a la contemplación atenta de “Buenas noches, Madrid”. Bermejo nos desea buenas noches con escultura, pintura, dibujo, figuración estricta y abstracción, retratos, comentarios y narraciones visuales, tondos que se hacen cargo del color, negros, grises y blancos, oros y bronces líquidos, maderas y papel, y transparencias con la sorpresa de la luz. Madrid map . Y, siempre, en cada caso, utilizando un gran saber hacer. Fernando Bermejo es un maestro en activar su memoria y la del contemplador: nunca olvida ni nos deja olvidar lo que ha hecho y mostrado, no da por concluidos sus empeños, sus series ni sus colecciones, y establece engarces eficaces entre unas y otras intenciones, asuntos, temas, procedimientos artísticos y resultados. buy a domain Así, nos encontramos en esta ocasión con sus árboles que dejan ver el bosque, con las flores de sus jardines de paz, con retratos de su mujer, con el traficante de estrellas, con sus cajas de luz en las que alienta una pintura llena de sensibilidad técnica y expresiva, con momentos vividos y creados en distintos lugares y en contextos artísticos renovados.
Y me parece… que la mejor manera de valorar y comentar la exposición de este artista diverso, multiforme y unitario, es el soneto Everness, del mejor Borges. Me atrevo y lo transcribo. Dice así:
Sólo una cosa no hay. Es el olvido.
Dios, que salva al metal, salva la escoria
y cifra en su profética memoria
las lunas que serán y las que han sido.
Ya todo está. curacao Los miles de reflejos
que entre los dos crepúsculos del día
tu rostro fue dejando en los espejos
y los que irá dejando todavía.
Y todo es una parte del diverso
cristal de esa memoria, el universo;
no tienen fin sus arduos corredores
y las puertas se cierran a su paso;
sólo del otro lado del ocaso
verás los Arquetipos y Esplendores.
Carmen Pallares/ Enero 2012 / Asociación Madrileña de Críticos de Arte