«Arquitecturas dormidas»

Paisajes urbanos de poética metafísica que hablan del silencio, del tiempo parado, de ese sentir que nace de los sueños, de los mundos oníricos. Pasarelas al infinito suspendidas en una inquietante atmósfera y sobre ellas faros que iluminan y rompen ese silencio; torres desnudas, desprovistas de todo ornamento, humo vaporoso que avanza como único elemento en movimiento? personajes errantes que caminan en busca de algo nuevo, algo que quizás no exista y que representa el atreverse, el salir valientes a explorar y experimentar.

Su Obra está viva, manejándose por el camino de lo sutil, muy ligada con los metafísicos, no se queda sólo en la destreza ni en el detalle sino que eleva su mirada hacia la grandeza de lo simple, no es el lenguaje del ego sino el lenguaje del alma. Da un paso más allá de la simple recreación del mundo conocido, crea. Prescinde de lo superfluo, juega magistralmente con muy pocos elementos haciendo visible la complejidad de lo simple, la importancia de los matices.

En su Obra hay unos referentes importantes que nos ayudan a interpretarla. El humo como aspiración espiritual, las habitaciones como el viaje a través del inconsciente hacia la luz. Las pasarelas como intrepidez, el color y la atmosfera como el amor hacia el campo, hacia sus raíces.

Para apreciar a esta artista en toda su magnitud, recomiendo tener su misma actitud, la humildad,  dejarse inspirar y dejarse sorprender por el poder que tiene la  contemplación sin que la razón intente explicar lo inexplicable, ampliar miras y aceptar que se está ante un nuevo paradigma.